Amy Winehouse,descenso a los infiernos

lunes, 20 de octubre de 2008

Amy Jade Winehouse nació en Londres el 14 de septiembre de 1983. Es una cantante y escritora británica de jazz y soul. Nació en el seno de una familia judía y con tradición musical en el jazz.

Su amigo, el cantante Tyler James, le dio su demo a un productor, comenzando su carrera profesional a los 16 años.

Un fenómeno por su vida caótica, reflejada un día tras otro por los tabloides. Por su imagen a medio camino entre el glamour de su ropa, sus tatuajes, sus ojos pintados como una Cleopatra de cómic o su exagerado peinado ratty beehive y el caos que reverbera en sus desastrosos fin de fiesta, con sostén y tejanos intentando entrar en casa de madrugada, sin llaves, sus mañanas de resaca con la ropa sucia, los dedos de los pies llenos de porquería, el cuerpo maltratado por heridas sangrantes tras una sesión de automutilaciones o una pelea con su marido, Blake Fielder-Civil, que lleva meses en prisión.

Su personalidad es inseparable de su música y de sus letras. La intensidad temeraria con que vive hace temer a muchos una carrera tan corta como la de otros genios de generaciones pasadas, aunque hace cuatro años aseguraba que 10 años después ya se habría retirado y estaría viviendo como una feliz ama de casa cuidando de su marido y siete hijos.

Declaraciones así forman parte de la doble personalidad de una mujer de esqueleto frágil y carácter fuerte, creadora y autodestructiva, incapaz de vivir sin su marido y al mismo tiempo abusar físicamente de él porque ha hecho un gesto que no le ha gustado, admitir que para ella echar un polvo con cualquiera es como fumarse un cigarrillo, o despreciar el dinero porque "aunque es importante, la música lo es más y viviría en un agujero si eso significara que así podría conocer a Ray Charles".

La música ha estado siempre en su vida. La mamó en casa de sus padres, un taxista al que adora y una farmacéutica, que se separaron cuando ella sólo tenía nueve años y su único hermano, Alex, de 13. Dice su padre, Mitch, que el gusanillo musical le viene de la madre, Janis, porque dos hermanos suyos tocaban jazz. Sean los genes o los viejos amores, la música, el alcohol y estupefacientes corren por las venas de Amy Winehouse. Siempre.

En las siguientes imágenes verás la “evolución” que tuvo este personaje.

Y a partir de aquí empieza lo bueno.

Menudo tipin se le ha quedado y sin nada de dietas raras de esas de lechuga y acelgas.

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